Ajustes- una opinión personal- Por Germán Garro con la Colaboración de Julieta Garro

El Ajuste es en realidad una especialización dentro de lo que es “Ser profe de Yoga” (sobre todo en prácticas como Ashtanga Yoga).Es probable que un/a profe sea excelente guiando la práctica, o conectando, o dando asistencias verbales, pero el camino de las asistencias en el cuerpo es un estudio y un entrenamiento, además de eso; requiere un conocimiento del cuerpo del otro, no solo en lo referente a lo anatómico, sino también en lo referente a la realidad energética del otro, a como está el/la estudiante ese especifico día de su existencia en la tierra. Así, un determinado día se hará tal vez un ajuste sobre esa persona,pero otro día requerirá otro. Además, a medida que la práctica va avanzando,los ajustes también van cambiando, hasta que tal vez llegan a desaparecer,depende eso también de muchos factores. Hay ajustes que dan técnica, hay ajustes que dan precisión, hay ajustes que dan relajación, etc. Algunos ajustes servirán para que el/la estudiante no se lastime en las posturas; ya que aveces el/la estudiante toma un camino equivocado para llegar a una determinada postura.


Los ajustes dados por mujeres y los ajustes dados por hombres: La mujer destaca su cualidad maternal y suave para hacer los ajustes,  mientras que el hombre destaca su cualidad yang más solar y potente al hacer los ajustes. Si bien hay profesores que están en uno u otro extremo, tal vez lo ideal sea combinar ambos factores: la mujer combinar su yin con un poco de yang y el hombre trabajar lo opuesto para compensar.

El ajuste es una forma de comunicación muy sutil y profunda con los estudiantes, una forma de comunicación no verbal; comunicación muy diferente a la que solemos utilizar diariamente a través de las palabras,los mensajes de texto, etc. Podríamos decir que es como una práctica en sí, osea, una práctica dentro de una práctica, una prolongación de la meditación, un estado particular de conectar con el otro…

Pero tampoco debería ser obligatorio dar o recibir ajustes. Tal vez sentimos que no estamos en condiciones de aportar como profes haciendo ajustes sobre los estudiantes; o tal vez como estudiantes sentimos que no queremos recibir ajustes. Las dos opciones son válidas y pueden responder a distintos factores, un ajuste mal hecho, lastimarse en la práctica, no poder contactar con el otro a un nivel profundo, ser muy susceptible a las energías o a las críticas, etc. Todo esto debe ser respetado hasta que, o bien se disuelvan los conflictos, o bien nada, que la práctica como profe o estudiante siga así.

Hay que comprender algo: una cosa es dolor y otra cosa es lastimar. El dolor puede ser causado en un ajuste cuando una zona que debería abrirse comienza poco a poco a despertar, una cosa diferente es lastimar, el dolor permanece mucho tiempo después de la práctica porque fue causado por una lesión. Como profes hay que ser responsables de saber dónde está esa delgada línea que separa una cosa de otra. (Para ello el estudio, el entrenamiento, la intuición despierta, el corazón abierto…)

En mi propio camino de aprendizaje tuve ajustes de todo tipo e hice muchísimos ajustes en diferentes estudiantes. Puedo decir que un ajuste mal hecho puede ser peligroso, y un ajuste bien hecho puede ser un pasaje de ida a una postura para que sea segura y cómoda. Entonces, no podría decir que estoy a favor o en contra de los ajustes, si puedo decir que estoy a favor de los ajustes bien hechos, y en contra de los ajustes mal hechos.
Para finalizar, se debe entender como un ajuste bien hecho el que necesita el/la estudiante ese día, un ajuste que guía, un ajuste que es en beneficio total de todos los factores que hacen a la postura un asana, como lo define Patanjali “Sthira sukhasanam” (Yogasutras, Sutra 46, cap.2).

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