ASANA y Yogasutras

Muy a menudo los sutras (aforismos) de Patanjali que se refieren en forma específica a la postura son malinterpretados (son sólo 3 sutras en el capítulo 2); una de las mejores explicaciones que he encontrado para comprenderlos mejor la encontré en el libro de Geeta S. Iyengar, “Yoga para la Mujer” (Biblioteca de la salud, Kairós):

Āsana: posturas
Las āsanas son uno de los distintivos del yoga. Conducen desde el plano físico al espiritual. Son el inicio, así como la base del yoga vidyā, la ciencia del yoga.

En general se cree que los yogasutras de Patanjali no tratan el aspecto físico del yoga, sino exclusivamente del sādhanā espiritual, y que la mención de la palabra āsana es una mera coincidencia. Así mismo también se cree que el Hathayoga Pradipikā sólo trata el aspecto físico y que menciona los temas espirituales de pasada. Ambas visiones son interpretaciones erróneas de la filosofía del yoga.

En el Hathayoga Pradipikā, en el primer discurso, se describen yama y niyama tal como se enumeran en varias escrituras del yoga, en términos muy generales, sin entrar en detalles debido a que su aplicabilidad universal se da por hecho. Por consiguiente, el tratado comienza con el tercer estadio del yoga, āsana, que se describe en gran detalle y prosigue gradualmente hacia el estadio de samādhi, señalando todos los pasos que conducen desde la esclavitud hasta la liberación.

Āsana significa mantener el cuerpo en una postura particular con bhāvanā o pensamiento de que Dios está en tu interior. El āsana se ha de mantener con firmeza o sthira para que esa divinidad no se tambalee. Āsana jaya o la conquista de āsana llega cuando cesa el esfuerzo y se asienta la estabilidad. La estabilidad trae consigo el estado de sukhatā o beatitud. Un āsana mantenida en ese estado ya no es realizada por el cuerpo físico, sino por el Sí-mismo interior. En este estado el cuerpo ha sido conquistado, las dualidades han desaparecido y se ha logrado la unión del cuerpo, la mente y el alma.

Sri Patañjali describe āsana de este modo:
sthirasukham āsanam (Y.S.P. II, 46)
(La postura aporta estabilidad del cuerpo y equilibrio de la mente.)

El Hathayoga Pradipikā, cuando habla de āsana afirma:
kuryāttadāsanam sthairyamārogyam cāngalāghavam (H.P. I, 17)
(La práctica de āsana conduce al cuerpo a un estado de estabilidad, libera de la enfermedad y aporta ligereza al propio ser.)

Brahmānanda, al comentar este versículo, afirma que la práctica de āsana aporta firmeza al cuerpo, elimina el estado de rajoguna o aspecto oscilante de la mente y hace que ésta permanezca estable, corroborando de este modo la descripción de Patañjali o de sthiratā y sukhatā. Sthiratā es la firmeza del cuerpo, mientras que sukhatā es la cualidad de la mente, no del cuerpo: no decimos que el cuerpo es feliz, sino que la mente está contenta. De modo que sukhatā no es comodidad como a veces se traduce, sino equilibrio mental. Los dos versículos o slokas transmiten, pues, el mismo significado.

Se puede decir que el Hathayoga Pradipikā elabora āsana y nos conduce paso a paso hasta samādhi, mientras que los yogasutras de Patanjali describen las āsanas, correctamente y con exactitud, en el contexto de samādhi. Ambos dicen que se ha de empezar por lo físico y luego proceder paso a paso hacia lo espiritual.

El cuerpo y la mente están interrelacionados y son interdependientes. Si existe cualquier trastorno en el cuerpo, la mente se ve alterada y viceversa. En el yoga, el cuerpo y la mente se cultivan mediante un proceso constante de práctica de āsanas para evitar cualquier trastorno en su funcionamiento. Esta práctica proporciona salud, equilibrio, movilidad e inmunidad a las enfermedades.


En el dominio de las posturas yóguicas reside el secreto de la conquista del cuerpo: mediante este paso básico el shādaka es conducido al plano espiritual y hacia la realización del Sí-mismo.”

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