Pincha Mayurasana, volviendo al centro del corazón

Hace aproximadamente un año que comencé a practicar Pincha Mayurasana, postura de la 2da serie en la cual sostenes todo tu cuerpo hacia arriba apoyándote en tus antebrazos y manos. Al comenzar a practicarla realmente parecía imposible, entonces hacía la práctica de la 2da serie hasta esa postura y luego como es debido pasaba a la secuencia de cierre.

Y uno pensaría que habiendo practicado Sirsasana por años, otra postura de equilibrio sobre brazos no traería mayores complicaciones. Bueno, empecé a practicarla y no solo no hallaba el equilibrio, sino que caí hacia el otro lado, una, dos, tres, muchas veces! Realmente pienso que es muy sano caer, tanto para el ego, el permitirse fallar, como para la mente y el cuerpo, una vez que caes, ya está, ese vació aterrador que sentís que hay detrás tuyo desaparece, y ese es un registro que no se borra. Pero acá había algo más.

Una estudiante en cierta ocasión comentó que ella se había reconciliado con su cabeza, antes estaban peleadas, no quería que su mente la sostenga, entonces le costaba hacer Sirsasana. Pero luego de la reconciliación está encantada con la postura ya que siente que su cabeza se “vacía” hacia abajo. Y esto me hizo pensar, porqué no me cuesta que me sostenga la cabeza (Sirsasana), en cambio cuando me tienen que sostener las manos y brazos (en Pincha Mayurasana), me resulta imposible? Y ahí está la respuesta: Las manos y los brazos son extensiones del chakra Anahata, centro del corazón.

Y si, todo es aprendizaje, habrá que dejar que nos guíe y sostenga el corazón,  en eso estamos.

OM

Julieta Garro

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