Profesores - Instructores




Alelí Puerto (Vinyasa Yoga)


Creo que como muchas historias esta comienza en la infancia, en las experiencias que tenemos y que nos nutren como personas.
 
Entonces, de niña comencé a hacer piruetas en un trapecio que teníamos colgado en mi casa en golondrinas ( del que rara vez me bajaba), me gustaban las actividades corporales relacionadas con el arte tanto como la danza  el teatro y el circo, y con la naturaleza, caminatas por el bosque , por la montaña reconociendo los  arboles y las morfologías del paisaje que nos rodea y del cual somos parte.  Mas o menos por ahí empezó este caminito.
 
Cuando estaba embarazada de mi primer hijo, hice mi primer clase de Ashtanga con German Garro y la práctica me fascino. Bajaba una vez por semana del refugio de montaña donde vivíamos para tomar esa hermosa clase, y luego practicaba también yoga para embarazadas...Ahí me encontré con el yoga por primera vez. 

Luego comencé a estudiar yoga y Ashtanga yoga con German y Mónica Vázquez.
Empecé a dar clases de yoga para niñes, vinyasa y ashtanga. Mas o menos a partir del 2008 y mas regularmente a partir del 2014.
 Me gusta muchísimo compartir con niñes y jóvenes el movimiento, ya sea a traves de la expresión, el yoga, el montañismo o el cuidado del ambiente. 
También disfruto mucho de compartir las clases de vinyasa, en las que voy aprendiendo a enseñar con las personas que vienen a practicar. Y puedo vivenciar como el yoga nos ayuda a conocernos y crecer en un montón aspectos.
 Encontré en el yoga una disciplina silenciosa que me ayuda a encontrar el equilibrio, buscar la esencia y la profundidad en todas las cosas que hago, mantener mi cuerpo sano y fuerte, y relacionarme respetuosamente con las demás personas y seres.  Un aprendizaje que se prolonga...que nunca termina...

Personas que nutrieron y nutren día a día mi experiencia en el yoga además de German y Mónica puedo mencionar a Lluvia Sosa, María la Regina, Julieta Garro, Santina, Juan Capdevila, Tamara Apecetche,  Málavika Mohanan, Tica (María) Duverrán, Laura Jaime, Elias Leckie y Danatma entre otres. Gracias. 

 Y Anahata como lugar del corazón que nos alumbra y contiene. 

Patricia Schembari (Ashtanga Yoga) 


La primera vez que ví a una persona practicando yoga fue a los 16 años, en El Bolsón: era la mamá de una amiga con quien viajamos a vacacionar y ese registro quedó amorosamente guardado porque siempre estuvo ligado al sentido de la práctica en conexión con la naturaleza y la respiración.




Practico yoga desde 1996 y embarazada de mi segundo hijo, en 2004, curso el intructorado de Yoga de las cuatro estaciones con Andrés Percivale, discípulo de Indra Devi. Experimentar y sentir la diferencia entre un embarazo sin practicar yoga y otro en el que sí, creo me entusiasmó a seguir investigando...

En 2007 por sugerencia de la querida profesora de Trelew, Gilda Cretton, viajo a practicar con Germán Garro (nuevamente a El Bolsón!) y asisto a la primera clase de ashtanga vinyasa yoga, chikitsa... una práctica física desafiante que de algún modo pone de cabeza mi vida personal, profesional y laboral hasta entonces. 

A partir de allí me intereso por distintas terapias holísticas y en 2011 comienzo a practicar con mayor regularidad. Inspirada por Germán y Mónica, y otros amig@s comienzo también a seguir las enseñanzas de Paramahansa Yogananda como miembro de SRF Pude tener la experiencia de realizar talleres con Natasha Teran, Dany Sa, Juan Pablo Capdevila, Selva Alegre, Mariela Cruz, Matthew y Carla Vollmer, y Santina Giardina Chard. 

En determinado momento, conjugar la práctica diaria, la maternidad y la enseñanza no resultó sencillo; hoy agradezco que esa circunstancia avivara la convicción de continuar, y  considero que practicar es un privilegio diario y una bendición, al igual que dar clases. Creo que el yoga tiene que ver con el amor en acción y la libertad, entre muchos otros beneficios.

Actualmente facilito prácticas presenciales de ashtanga en Anahata, y prácticas online y presenciales de vinyasa yoga.




 







Laura Jaime (Vinyasa, Ashtanga y Yoga Suave)


De pequeña, en mi casa de La Plata Bs. As. encontré un libro de Indra Devi con imágenes, “Yoga para todos”.  Quede fascinada con las posturas, era un juego para mi intentar hacerlas, piernas para arriba, para atrás, anudarme, poner caras locas. 


 Con el correr de los años me acerque a la danza y al teatro (hermosas experiencias que nutrieron mi futura práctica de Yoga) y fortuitamente me reencontré con el Yoga para zambullirme profundamente en el en el 2008.

 Estudie formalmente Yoga en la Federación Argentina de Yoga (2009) y en Ashtanga Baires (2013), tomando clases  y participando de retiros con German Garro, Mónica Vazquez, Dany Sa, Selva Mariana Alegre, Juan Pablo Capdevilla, Alejandro Chiarella, entre otros. A partir del año 2009 comencé a guiar practicas de Yoga, en primer lugar, de Vinyasa,  y luego de Ashtanga. 


Creo fehacientemente que el Yoga puede ser practicado por todos y que sus beneficios son incontables y continuos, no dejo de sorprenderme cada día.

Mi practica personal sigue felizmente con la guía de German Garro. Actualmente, además, tengo la fortuna de ayudar a Mónica Vazquez en sus clases de Yoga para niños.


Dar practicas de Yoga es una bendición en mi vida.








Lluvia Sosa (Ashtanga Yoga)


Gracias a que mis padres me llevaron a clases de yoga de niña, pude conocer y experimentar la alegría y la profundidad de la práctica.

Retome el yoga a los 20 años y ya nunca lo deje, practiqué  hatha yoga con diferentes profesores.

En el 2005 realicé instructorado de  yoga en córdoba en la esc. de “Yoga clásico y Científico”. Continúe realizando cursos de yoga para embarazadas, yoga con elementos, Masaje holístico, en esa misma Escuela.


Ese año comencé a dar clases de yoga.

En el 2008 conocí Ashtanga yoga a través de Germán Garro, con el realice talleres sobre 1ªserie de  Ashtanga en córdoba y otro en El Bolsón.

En el 2010 conocí el acroyoga, realice talleres con Juan pablo Restrepo, y también con Boris y Nina. Hice inmersión (workshop) con Jason nemer, creador del acro yoga.

En el 2012 tuve la necesidad de elegir, profundizar y adquirir como parte de mi vida, una sola disciplina, y fue el Ashtanga yoga, sin duda, mi elección. Inicie una práctica diaria, comprometiéndome y enfrentándome a los desafíos que propone esta práctica.


Cada día puedo reconocer que la practica me enriquece en todos los aspectos, y realmente es infinita la lista que podría escribir sobre sus beneficios…pues es una camino interno, de búsqueda o reencuentro espiritual.


Ese mismo año realice instructorado de Ashtanga yoga en  la esc. Ashtanga Baires de Alejandro Chiarella. Tome talleres de ajustes y alineamiento de las posturas con Juan pablo Capdevilla y también Selva mariana alegre.

Pude experimentar prácticas con los profesores, Pia Rossato, Dany Sa, Juan P.Capdevilla, Sabrina Zuliani, Lino Miele, Pablo Pirillo, y German Garro, con quien actualmente practico.


Agradezco a los maestros que me transmitieron y transmiten esta valiosa herramienta que no solo me da la fuerza para enfrentar los desafíos de la vida, sino también porque me da esa alegría sin razón.





 

María La Regina (nota: María está actualmente viviendo y enseñando en la ciudad de Ushuaia)


Conocí las clases de vinyasa yoga y ashtanga yoga de Ger en el año 2009, también las clases de yoga dinámico de Moni en el 2010. En ese mismo año pedí las lecciones de Paramhansa Yogananda - Self Realization Fellowship-. (Eso es algo que recomiendo de todo corazón a todos, elegir alguna rutina de meditación diaria. Y a las personas que estén tomando clases de yoga, dando etc.. también, es un gran gran complemento.) 

En 2011 tome el Instructorado de Ashtanga en Trelew, dictado por German.
En 2013 tome el curso de Introducción al Yoga, también dictado por Ger en El Bolsón
Desde 2012 comencé hasta ahora a participar en retiros, talleres, encuentros , clases especiales organizados por Moni y German conociendo también así a otros profesores como Selva Alegre, Dany Sa, Juli Garro, Juan Pablo Capdevilla, Camila Romero.
A fines de ese año comencé dar clases y continúo hasta ahora. 

Agradecida siempre de conocer a la familia Garro por lo que brindan y permiten que se comparta, expanda, cada vez más tantas actividades saludables y que uno forma parte de eso. 

Agradecida siempre también por tomar y dar clases y que todo eso me transforme constantemente y pueda ser útil a otros también no solo en el espacio de las clases.
Namasté 

“El conocimiento del Yoga es libre para todos aquellos que quieren recibirlo como la luz del día, sin adornos” Badhari Mahasaya en cap 7 Autobigrafia de un Yogui, Paramhansa Yogananda




Paola Martinek (Kundalini Yoga)


Nací en un barrio de calles de tierra, amigos en pandilla, siestas de inventos y terrenos llenos de aventuras en la amada zona oeste del Gran Buenos Aires.
Mis viejos me compartieron y heredaron la creatividad de una vida simple y en permanente movimiento. Mi papá me mostró sus sueños de ingeniería y resoluciones de problemas de maquinarias junto con un amor tan permanente como sincero. Mi mamá, por su parte, me compartió las prácticas de yoga a las que iba por las tardes en una casa de barrio, su amor a la vida, a enseñar y el preparar regalos para todos los que estábamos cerca de su generosa aura.
Mis hermanos, compañeros de en este viaje, me mostraron la transparencia, la felicidad de ser muchos, así como la importancia de encontrar la esencia de uno en medio de tanta diversidad.
Me recibí de psicóloga en la politizada y amada UBA. Ya para ese entonces tenía claro que mi camino no iba a ser el tradicional. La luna y la vida me llevaron de viaje por hermosos pueblos y países añorados.
La primera vez que hice yoga fue en una clase de Ashtanga. Además de quedar impactada al deconstruir mi imaginario de la práctica como algo quieto y aburrido, me impactó también verme, en la mañana siguiente, apretar la pasta de dientes con el codo por dolor que tenía en cada micro espacio de mi sistema muscular. Aun así, percibí una energía nueva que corría por mis ríos internos.
Abriéndome y fluyendo en nuevos rumbos llegue a Bolsón.
En este valle me encontré con Germán, mi Patanyali bolsonero, con quien practiqué, profundicé y estudié a cerca de la práctica de Asthanga Yoga.  Anabel me compartió luego su magia y los infinitos y misterios del masaje Chi Nei Tsang, así como los caminos chamánicos del ser, abriéndome, un tiempo después, las puertas de Casa Isis donde comencé a dar mis primeras y tímidas clases de yoga. Mis amigos empujaron tanto la propuesta como a mi misma, acompañándome, con una seriedad poco habitual, mis pifiadas de mantras y dislexias varias que aún hoy sigo teniendo. Gracias a ellos también estoy donde estoy, sostenida aún a la distancia por su mirada cómplice.
Al poco tiempo llegó la amorosidad de Anahata y la posibilidad de compartir lo que iba aprendiendo entre sus paredes de barro, sus ventanas de luz y su energía clara y accesible.
Un nuevo viaje, el amor y la profesión, ya completamente rumbeada hacia una mirada integrativa del ser, me permitió conocer la práctica de Kundalini yoga en manos de una rusa en la profunda, atrapante, bulliciosa e indescriptible India.
Desde ese entonces, por suerte, ya nada volvió a ser lo mismo.
Aprendí que andar despeinada, descalza y con una sonrisa por la vida era mi mejor estado.
Que desestructurar era mi estructura.
Que la maquinaria del cuerpo tenía leyes parecidas a las que me enseñó mi papá y las del alma las que me compartió mamá.
Que la imperfección es lo más perfecto que tenemos porque nos hace únicos.

Es allí, en ese centro, donde pongo mis pies cada vez que inicio la práctica. 

Julieta Garro (Vinyasa Yoga)


El Yoga siempre estuvo presente en mi vida ya que mis padres son practicantes y profesores de esta disciplina. Pero no fue hasta mi adolescencia que decidí comenzar a ver de qué se trataba ésto. Fue allí que me acerqué al Ashtanga Yoga. Me cautivó por completo la práctica. En ese primer encuentro me sentí muy llena de energía y de vida.

Desde entonces el Yoga me acompaña en mi vida como un pilar fundamental. No solo su práctica física sino también su filosofía y visión.

Tuve la fortuna de poder formarme con excelentes profesores/as. Cada unx de ellxs sembró una semilla en mi. De cada unx aprendí algo distinto y único. Lo agradezco profundamente.

Luego de mi viaje a India en 2017, sentí que debía cambiar el rumbo de mi práctica y fue entonces cuando comencé a profundizar en el Vinyasa Yoga.

Actualmente doy clases presenciales de Vinyasa Yoga en El Bolsón y Lago Puelo (Argentina). 


Anita Finocchio (Vinyasa Yoga y Ashtanga Yoga) 

Mi nombre es Analía Finocchio pero soy más bien conocida por Anita. Tengo 42 años, soy oriunda de Tierra del Fuego.

El primer contacto que tuve con el Yoga fue a los 25 años comenzando un instructorado en Buenos Aires (Ananda), pero en ese momento no era consciente de su verdadero significado ni de sus milagrosos beneficios, por lo que mi práctica no era profunda ni comprometida hasta que lo abandoné por muchos años para dedicarme a mi otra profesión que me llevaba mucho tiempo y energía, la gastronomía.

Cuestiones de mi salud y la vida misma me trajeron hasta El Bolsón en donde trabajé intensamente junto a Germán Garro (Anahata) y así me formé como Instructora en Ashtanga y Vinyasa Yoga . Es al día de hoy que sigo profundizando la disciplina tanto con él como con Santina Giardina Chard (Australia). Con ella trabajo traduciendo sus escritos del inglés al español para que toda su sabiduría tenga mayor alcance.

También continúo mis estudios en Biomecánica del Yoga a distancia porque me fascina el infinito mundo de nuestro cuerpo y todo lo que sucede en cada movimiento, en cada respiración. Intento llevar todo lo que aprendo a las clases de manera que todas las personas que practican conmigo logren entrar a cada postura a través de visualizar, sentir y conectar consigo mismas.

Además, estoy inmersa en la filosofía Hindú a través del estudio y la comprensión de los Yogasturas de Patanjali, el Baghavad Gita y las lecciones de Paramahansa Yogananda.

Y para sumarle algo completamente maravilloso a este camino de Yoguini, canto Kirtan, la música devocional de la India.

En las clases que propongo pasamos por Asanas (posturas), ejercicios de Pranayama (respiración), relajación y meditación. Mi objetivo es que las personas pasen por la experiencia del Yoga y sus beneficios y que vean y sientan con sus propios ojos y cuerpo que todos y todas podemos practicar sin importar la edad, sexo, ni las condiciones físicas. Sólo hay que entrar al Shala con el corazón abierto a recibir los mensajes que nos trae el Universo a través del cuerpo. Todas las posturas tienen su adaptación, no hay límites. El camino es hermoso, es mágico, es medicina.

Soy feliz dando apoyo y sostén a través del Yoga, y la verdad es que ayudar me ayuda a mí. Es un círculo amoroso. Un día comenzás a dar amor sin condiciones, y así como lo das, en algún momento lo recibís.

Namasté.


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