Relato 28 Delicadeza y brusquedad



Un día caminaban el muchacho y Li Wonk por el mercado del pueblo…Era muy pintoresco en cuanto a los colores y a las personas...

De repente el muchacho retrocedió como movido por un golpe...en efecto, un hombre muy grande pasó en forma veloz y muy bruscamente a su lado, golpeándole el hombro...

El hombre le dijo enojado:

-¿Qué haces tonto?

El muchacho respondió más enojado:

-¿Cómo tonto?, ¡fue usted quien no me vio y me golpeo!

El hombre respondió increpándolo:

-¿Qué? ¿Quieres un escarmiento?

El muchacho estaba furioso, pero entonces Li Wonk intercedió:

-Buen hombre, por favor le ruego que disculpe a este muchacho; hoy no tuvo un buen día y está nervioso...

El hombre dijo:

-Sólo me contengo por respeto a usted- Y se fue...

El muchacho estaba hirviendo en cólera, le iba a decir algo a Li Wonk cuando este le dijo:

-Ven, quiero enseñarte algo. Y se detuvo en un puesto del mercado en donde vendían cactus...Señalando a uno que tenía espinas muy grandes, le dijo al muchacho:

-¿Podrías tomar ese para mí?

-Pero me voy a lastimar-dijo el muchacho, que aún no salía de su asombro por toda la situación...

-Por favor-insistió Li Wonk.

Perplejo el muchacho obedeció…Tomó el cactus en forma suave, teniendo mucho cuidado de no lastimarse; observando en qué lugar no había espinas, para colocar los dedos ahí y entonces se lo dio a li Wonk, quien lo tomo con el mismo delicado cuidado...

-Ese hombre es como un cactus. Si lo tratas bruscamente, te lastimarás...Con gente así debes ser delicado...


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