Senderos, subidas, mesetas y descensos en la práctica

El primer acercamiento al Yoga nos abre un mundo nuevo, toda una serie de espectros antes desconocidos para uno. Comenzamos a observar y sentir nuestro cuerpo de una manera que quizás nunca antes habíamos experimentado. Nos hacemos más conscientes de las energías sutiles dentro nuestro y hasta empezamos a observar nuestra mente desde afuera. Estos son algunos ejemplos de una amplia gama que se abre para ser experimentada, una nueva mirada y nueva forma de experimentar nuestro día a día. Claramente cada persona lo siente de una manera distinta. Esta es la etapa de los Fuegos Artificiales.

Los “fuegos artificiales”
Es la etapa donde nos sentimos maravillosamente bien, todo es fabuloso y nuestro ego se infla. Comentamos a todos nuestros amigos y familia que hacemos Ashtanga. Si alguien te pregunta si haces yoga, vos, con aires de superioridad decís que haces “Ashtanga”, como si se tratase de un rango superior y fueses más yogui por practicar este sistema. Desde ya, todos los caminos serios del yoga buscan llegar al mismo lugar. Los medios para lograr aquietar nuestra mente y “DESPERTAR” son muchos y de allí surgen los distintos senderos, enfoques y líneas de Yoga. Decir que un camino es mejor que otro es falso, lo puede ser para vos, no tiene porqué serlo para todo el mundo.
Si uno quiere llegar del punto A al punto B, uno tiene la libertad de elegir. Te gusta caminar? Vas caminando. Te gusta la bici? El ripio? Camino sinuoso, empinado, llano, ir en auto, carreta..? Cada uno de estos medios es igualmente válido. No hay uno solo. Yo elegí el Ashtanga, es mi camino. Debería todo el mundo ir por ese mismo camino? NO.
Luego de la fase de los fuegos artificiales aparece “la meseta”

La meseta
Es la fase en la cual el practicante no experimenta nada “nuevo”. En verdad, si nuestra  práctica fuese una meditación en movimiento, hasta la mínima respiración es algo nuevo, único. Pero en esta fase nuestra mente va en busca de diversión, se aburre, quiere buscar algo espectacular. Empezamos a notar que no todo es color de rosa y que no hay recetas mágicas: hay que trabajar. Las limitaciones emergen como burbujas y el ego, antes inflado, se empieza a pinchar y suelta sus gritos y aullidos desgarradores al sentirse amenazado. En general en esta etapa las personas que están motivadas por el ego, pueden o bien admitir que el ego primeramente tiene que ser aceptado para luego disolverse y volver a nuestra verdadera naturaleza, o bien abandonan la práctica cuando sienten que ya no divierte, que hay que mirar para dentro y lo que se ve no siempre es placentero.

El declive

Las fases mencionadas quizás no siguen estrictamente este orden. Pueden aparecer alternadamente y en forma cíclica dependiendo de lo que uno deba aprender.
Por último me gustaría hablar del “declive” que a veces sería mejor definirlo como caída libre. Es cuando parece que  “retrocedemos”. Los apegos miles hacia nuestra práctica, nuestro ego, nuestro cuerpo se ven obligados a desprenderse. Un ejemplo claro son las lesiones. La sensación general es de retroceso, y de allí podemos preguntar ¿a dónde vamos? Para darnos cuenta de que estamos en una ardua carrera hacia no-se-donde. Buscando la felicidad allá adelante, en el futuro. “Cuando haga-tenga tal cosa voy a estar feliz”. Tal como el burro que corre persiguiendo la zanahoria. Nos obliga a parar y darnos cuenta que no hay lugar a donde ir, que para que el yoga suceda hay que estar en el AHORA, sea lo que sea que eso signifique.

ATHA YOGANUSHASANAM- Patanjali Sutra 1 Cap. 1
Ahora, la enseñanza del yoga

Este Sutra, aunque puede parecer una introducción, puede bien sintetizar todo el yoga. En este verso YOGA está ligado a la palabra AHORA. Se puede interpretar como que el Yoga sucede, solo cuando uno está en el ahora, cuando la mente deja de viajar en el tiempo para volver al presente.

Conclusión

El yoga trata sobre la vida misma. Mantenerse en eje, en calma, residir en nuestra verdadera naturaleza y ver lo divino en todo ya sea que afuera hallan fuegos artificiales, momentos de meseta o de caída libre es una lección de vida para aplicar dentro y fuera del mat. Aceptar cualquier circunstancia y seguir practicando, esa es mi visión de hoy!

OM
Julieta Garro

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